¿Se encuentran preparados los países para hacer frente a las enfermedades reumáticas?

Las enfermedades reumáticas han llegado a constituir una causa sumamente importante de morbilidad dentro de la población general. Se han registrado más de doscientos padecimientos que llegan a producir diferentes grados de dolor, discapacidad y deformidad, haciendo que las personas necesiten tratamientos de ozonoterapia.

En líneas generales, dichas enfermedades no incrementan la mortalidad a corto plazo y es quizás esta la razón por la que no son tomadas en cuenta dentro de las prioridades de salud y educación. 

En el caso de Latinoamérica, esta viene presentando desde hace algunos años una transición epidemiológica sin que se hayan superado los problemas de salud, de educación ni de aquellas necesidades sociales que están vinculadas con la pobreza, y es que además deben enfrentar en simultáneo el reto de las patologías del desarrollo. 

Y con respecto a estas últimas, son incluidas las enfermedades crónico-degenerativas, de las que son especialmente relevantes los padecimientos reumáticos.

Este se trata de un fenómeno que ha impuesto desafíos de gran relevancia en los sistemas de salud donde con frecuencia se cuenta con escasos recursos para resolver necesidades urgentes postergandose la atención de los problemas emergentes.

No son ajenas a ningún reumatólogo las cifras contundentes donde se refleja el impacto a nivel mundial de las enfermedades músculo-esqueléticas. Se ha calculado que aproximadamente el 10% de la población padece de alguna enfermedad reumática.

Dichas enfermedades han llegado a ocupar uno de los primeros diez motivos de invalidez total en países como Estados Unidos, Canadá y México. De acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social, la tasa de invalidez se calcula en 1,38 por cada 1.000 derechohabientes.

Pero, se presentan problemas metodológicos cuando se trata de medir el impacto global de las enfermedades reumáticas. Tan solo se cuenta con información fragmentada en referencia a otros aspectos que son igualmente importantes, entre ellos la repercusión en la calidad de vida (el dolor, el sufrimiento, la deformidad progresiva y la incapacidad para llevar a cabo actividades de la vida diaria). 

Otro aspecto relevante, es la medición de aspectos tan esenciales como el aislamiento social, la pérdida de oportunidades para el trabajo, la promoción laboral o la educación, la dependencia económica y los cambios indeseables en proyectos de vida. Otro punto que no debe dejar a un lado muestra las consecuencias para la familia y los cuidadores. 

En tal sentido, se debe hacer énfasis en que el estudio de las enfermedades reumáticas debe conformarse como parte de una lista de prioridades de salud debido al impacto personal, familiar, laboral y social que producen.

La década entre el 2000 y el 2010 fue considerada por la Organización Mundial de la Salud como la del Hueso y la Articulación con la finalidad de resaltar la importancia de las enfermedades musculoesqueléticas. Son 4 las enfermedades que han sido consideradas de especial relevancia: 

  • La artritis reumatoide
  • La osteoporosis
  • La osteoartritis 
  • El dolor de espalda baja

El impacto que conlleva dicha década deberá ser valorado de manera crítica en distintas regiones del mundo donde Latinoamérica no ha de parecer especialmente exitosa.